Los medios están siendo criticados y, por ende, también se analiza lo
que difunden y así como se los critica en sus posiciones políticas o en lo que
ocultan vamos a ir avanzando en pensar qué pasa con las publicidades, las
telenovelas, los programas de entretenimiento. Mientras tanto, estamos seguros
de que las cosas ya no van a ser como antes: vamos a mirar con otros ojos las
publicidades. Generalmente la publicidad suele poner a la mujer como ama de casa, o mostrar lo que deberían ser personas de diferentes sexos.
A la mujer siempre se la puso como el ama de casa, aquella que tiene que cocinar, encargarse de las compras, de los chicos, de buscarlos y traerlos, y de hacer todas las cosas que tengan que ver con la familia y la casa. Según una encuesta más
de 14,8% de las promociones muestran a las mujeres como objetos sexuales. El
84,9% de las mujeres de la tele son jóvenes e intentan reflejar un aspecto “teen” que borra la
madurez y resalta ser siempre jóven y bella. Y además de todo esto, siempre todo esta contado por una voz masculina. Los hombres son los
que pueden asegurar que un remedio calma, que una leche es buena, que un shampoo deja sin caspa o que
un gobierno construyó mil escuelas. Lo que sea de lo que haya que convencer, lo convencen ellos. Ya que seis de cada diez promociones tiene una voz
masculina haciendo recomendaciones que demuestran que ellos lo saben.
En las publicidades el varón tiene que ser joven, tener un buen cuerpo, ser un ganador. Siempre se impone una carga a los varones.
Desde la década del noventa que la mujer adulta y adulta mayor no aparece en publicidades.
Hay dos publicidades que utilizan a la mujer como objeto sexual en sus spots y son Axe y Gancia.
El liberalismo publicitario no solo no genera igualdad, sino que promueve la desigualdad. Se cuidan varias cosas, por ejemplo, lo que tiene que ver con la violencia física ya no existe más, pero lo que tiene que ver con lo simbólico se sigue manteniendo. Cada vez hay más mandatos sobre las mujeres ahora tiene que limpiar, ser linda, jóven y hasta tener la piel cuidada. Antes a la mujer no le preocupaba si era linda porque sólo tenía que limpiar. Ahora hay cada vez más estereotipos. La mujer es protagonista de publicidades de productos de limpieza donde obtiene una satisfacción personal por el solo
hecho de limpiar. Se constituye como un deber y, muchas veces, el varón aparece
indicando cómo debe limpiar la mujer o como depositario de la felicidad de
entrar a un hogar limpio. Las empresas en sus páginas web hablan de valores,
pero en sus publicidades ejercen violencia simbólica. Hay publicidades que con la violencia simbólica generan adhesión porque hay sociedades que son partícipes de esa misma violencia que se muestra. La sociedad es violenta contra las mujeres.
Publicidad AXE.
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